La lectura es un hábito de comunicación que permite desarrollar los pensamientos cognitivos e interactivos de cualquier lector, el leer permite construir con facilidad nuevos conocimientos.
El Siglo XXI se inicia y caracteriza por la presencia en todos los ámbitos de las TIC, el problema al que nos enfrentamos cada día, es que la velocidad del pensamiento crítico en la actualidad es menor que la velocidad del conocimiento en línea, realidad que tanto docentes como familia y demás agentes implicados en el proceso educativo, hemos de reconocer, aceptar y prepararnos para el reto que supone “educar” para la sociedad de la información (Coll, 2005).
Crear y fomentar el hábito lector desde pequeños es la base para la Alfabetización en cualquiera de sus dimensiones, física, digital y ecológica. Consideramos que la institución escolar tiene la misión de alfabetizar en todos los niveles y promover la lectura ya que es una de las competencias básicas del currículum y uno de los objetivos transversales de las materias de cada etapa. La escuela también ha de favorecer la formación de personas competentes, críticas y con capacidad de trabajo autónomo y cooperativo, fomentando dos dimensiones: el uso reflexivo de la tecnología y el desarrollo de habilidades de información (Rodríguez Rodríguez y Planchuela, 2005) en colaboración y/o cooperación con la familia.
El entorno familiar es potencialmente el más idóneo para iniciarlos en conductas asertivas como el gusto por la lectura, ya que cuanto antes aprendan a disfrutar de lo que hablan, lo que leen, lo que piensan, supone entrar en el mundo de la alfabetización, aprendiendo con ellos, respetando el tiempo de desarrollo individual para adquirir dichas habilidades y competencias. Compartir lecturas desde esta perspectiva es el mayor regalo que pueden ofrecer a la autoestima y librepensamiento de niñas y niños. Tener experiencias gratificantes con la lectura desde pequeños es la mayor garantía de crear el hábito lector.
La situación general en las familias, es que muchas veces hace falta más tiempo para compartir con sus hijos y, de este tiempo dedicar un poco a leer en casa. La realidad cotidiana muestra que existen factores como, el cansancio de padres, madres e hijos; el estrés que generamos y al que estamos sometidos día a día, tanto por el trabajo como por el cada vez más uso de las tecnologías de la información, el internet, las redes sociales, entre otras.
Considero que, en el caso de las primeras edades, es la familia la que desempeña un papel fundamental e insustituible, puesto que cuenta con unas posibilidades inigualables para iniciar a los pequeños en el camino de la LECTURA. El hogar es un terreno muy propicio para generar hábitos que permitan el desarrollo progresivo de la lectura; pues esta, se aprende y desarrolla en los primeros años de nuestra vida, al igual que capacidades como el bilingüismo.
La lectura y su aprendizaje supone una de las principales prioridades tanto para las familias, como para los docentes como para niños y niñas en edad escolar, especialmente en su inicio, ya que de su desenvolvimiento en este aprendizaje dependerá el éxito o fracaso en su futuro escolar (Moreno, 2001).
El placer por leer, ha de estimularse en familia para ello es importante el tiempo dedicado a la lectura y la importancia que se le da, momentos divertidos para compartir, juegos, estudio, leer para comunicar, leer para escuchar, leer para aprender, son consignas que si se realizan en el momento y ambiente adecuado crearán ese hábito lector que tanto nos pre-ocupa.
Se expone a continuación una serie de estrategias basadas en diferentes estudios consultados, que pretenden ayudar a familias y demás agentes implicados, a entender y compartir los beneficios que ofrece la lectura para el desarrollo integral de niños y niñas, y a corregir, transformar y/o desechar aquellos que no lo favorecen:
- Fomentar el diálogo y la comunicación.
- Expresar con soltura sus ideas, tanto en el lenguaje hablado como escrito. – Favorecer la imaginación y la creatividad, permitiendo cualquier medio de expresión que el niño y niña elijan.
- Fortalecer las relaciones inter-generacionales e interculturales: entre niños y padres y abuelos, personas con cultura e ideología diferentes a las de la familia.
- Aprender a pensar realizando preguntas para que se respondan ellos mismos. – Favorecer un clima asertivo ayuda a fortalecer la autoestima y esta la capacidad de elegir.
- Percibir que la lectura es un placer que se elige o “no” y respetarlo.
- Algunas actividades para fomentar la LECTURA desde nuestra misión de papas:
- Para los más infantes: (antes de los seis años)
- Leerle un cuento, una noticia, una anécdota.
- Inventar oralmente cuentos con la participación de otros.
- Relatar, interpretar, representar, dibujar … las veces que solicite el mismo cuento. Mejora su perspectiva lógico-concreta.
- Leer libros con ilustraciones.
- Leer las ilustraciones e interpretarlas ayuda a conocer mejor su realidad.
- Compartir poesías, trabalenguas, adivinanzas.
- Interpretar, cambiar el registro de la voz según los personajes, cambiar las caras según los personajes, etc. Si se conoce otro idioma, es el momento ideal para utilizarlo también.
- Para niños: (después de los seis años)
- Narración oral de cuentos. Describiendo las imágenes y cómo es el aspecto físico del libro y/o medio digital, elegir libros en otro idioma conocido.
- Inventar oralmente cuentos con participación de todos. Representadlos y/o interpretarlos (caras, voz, ruidos onomatopéyicos, etc.)
- Lectura compartida de un cuento, una noticia, una anécdota.
- Proponer y comentar los criterios a seguir para elegir las lecturas.
- Escucharlos cuando leen en voz alta. Comentarlo.
- No imponga lecturas. La lectura no es un castigo.
El hábito lector en los más pequeños se comenzará eligiendo aquellos temas que llamen la atención del niño, favoreciendo una perspectiva asertiva a la historia, hay que evitar los tópicos que son enemigos de la creatividad.
El niño creará, reconocerá y repetirá siempre que desee a los personajes y situaciones en el contexto conocido por él, para fortalecer los valores asertivos y la coeducación no sexista.
El lenguaje será sencillo y adaptado a cada edad, también tendremos en cuenta las ilustraciones atendiendo a las lecturas que de ellas realizan, introduciéndoles en la lectura del color, el tamaño, los diferentes planos, leer las emociones, etc.
Los libros que se seleccionen de esta manera, estimularán la imaginación, despertarán sentimientos asertivos, cuidando la calidad en la comunicación, esto les ayudará a conocer el mundo sin prejuicios y el desarrollo de valores y hábitos sociales.
Las visitas de la familia a las bibliotecas públicas pueden tener doble función, disfrutar de la lectura y aprovechar para conversar con los profesionales de la información y pedir su asesoramiento en la selección de recursos de lectura para sus hijos.
Las familias observarán que sus hijos crezcan en la red en compañía de adultos responsables, bien con sus padres, madres y/o tutores que les orienten en el uso asertivo de los recursos TIC. Compartir es la clave de la generación de hábitos